Día Mundial del Retrete 2016

02. El retrete en el lugar de trabajo

El grado de acceso a un váter en el lugar de trabajo refleja el grado de acceso al mismo en el hogar.

Apenas hay datos sobre el número de personas que no dispone de aseos en el trabajo, pero, por ejemplo, solo el 40% de la población urbana del África subsahariana tiene un inodoro en su hogar (OMS/UNICEF, 2015).

En los casos en que sí hay aseos en el lugar de trabajo, un gran problema que afrontan muchos trabajadores es la manera en que la dirección controla las pausas para ir al servicio. Si se restringe el acceso a los aseos, las personas aguantarán las ganas de ir al baño e incluso evitarán comer y beber para reducir el número de veces que necesitarán hacerlo. Más allá de la inconveniencia y la incomodidad que supone, esta situación puede tener consecuencias para la salud, especialmente para las mujeres, lo que ocasiona absentismo y enfermedades (BSR, 2010).

Se calcula que la pérdida de productividad derivada de enfermedades provocadas por la falta de saneamiento y una mala higiene cuesta a muchos países hasta el 5% de su PIB (Hutton, 2012). En sectores como el de la confección, la fuerza de trabajo mundial está compuesta en un 80% por mujeres (Business for Social Responsibility, 2010). La inversión en aseos de calidad en los lugares de trabajo y en las escuelas, para que las mujeres y niñas tengan instalaciones limpias e independientes que les permitan mantener su dignidad y vivir la menstruación y el embarazo de manera segura, puede impulsar lo que se suele llamar el “efecto niña” (girl effect): potenciar al máximo la participación de la mitad de la población en la sociedad (Girl Effect, 2015).

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